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Los sueños y la lucha de Pedro Franco el hombre más obeso del mundo

24/11

Pedro Franco, es mexicano y está en tratamiento en la ciudad de Guadalajara, tiene 33 años y tiene un record guinness por pesar 595 kilos. El próximo año podría realizarse la operación del bypass gástrico.

Cuando hablamos de obesidad, nos referimos a una enfermedad crónica que es problemática tanto como para los niños, los adolescentes y las personas adultas. Además de los dilemas de salud que inmoviliza, los excluye de la vida social que puede realizar normalmente.

En nuestra ciudad de Rosario, hace unos días trasladaron a Isabella Amaral que fallecio en las ultimas horas en donde pesaba casi 500 kilos en donde debieron romper una pared de su casa para facilitar el acceso y el posterior traslado de la joven. Fueron ocho los años de lucha contra el enemigo en este caso la obesidad que desde los ocho años de tratamiento, cuatro fueron negativos. Y como agravante a su situación, no poseia cobertura médica por lo que su tratamiento quedaba en manos de la provincia. Sus allegados denunciaron violencia de género e institucional.

De modo similar, es la historia de Pedro Franco, según los médicos que lo han atendido, observaron que llego a ese peso por una dieta no adecuada unida al descontrol que tuvo de su tiroides son dos de los principales factores que explican que Juan Pedro llegara a esas dimensiones.

Sin embargo fue introducido en un proceso médico que le ha hecho perder más de 220 kilos en un año, fue intervenido en mayo para reducirle el estómago en un 80%. El miércoles pasado fue operado y le colocaron el by pass gástrico el cual lo acercará durante los próximos meses a un peso saludable.

Se encuentra conectado permanentemente a una botella de oxígeno y sentado sobre una cama reforzada, relata recuerdos de su ciudad natal. Pedro Franco le conto su historia al periodista de la BBC recordando su infancia: "Mi vida de niño era de juegos, de jugar con mis amigos a fútbol, de estar en la calle. Era una vida divertida, era una infancia normal entre comillas. Porque desde niño empecé con mi obesidad". Pesó 3,5 kilos al nacer, pero hasta los 6 años aumentaba a un ritmo de 10 kilos por año. A los 15, pesaba unos 200 kilos. Para entonces, ya había trabajado ayudando en tiendas y como costurero de ropa’’.

Otra de las problemática que tienen los niños en el mundo es el Bullyng, tormento en donde muchos les cuesta sobrellevar la vida. Y el joven mexicano lo vivió en su escuela en la que debió abandonarla. Dice que los niños y adolescentes son "un poco crueles", y recuerda la cantidad de apodos que le pusieron: "Todos me los dijeron, ¿cuál quiere que le diga?", pregunta con una tímida sonrisa’’.

Como toda persona, tiene sueños que todavía puede cumplir cuando domine la enfermedad en la cual respondió: "Desde chico quería ser mecánico, o chofer de tráiler".

El punto de inflexión en su vida llegaría a los 17 años. Un accidente de tráfico le dejó "quebrada" la parte derecha. Al tener que estar año y medio en cama, su peso comenzó a aumentar vertiginosamente.

Cinco años después, con más de 330 kilos, logró la ayuda de un instituto médico hasta que perdió 80 kilos y se "estancó". Iba a gimnasios, pero veía cómo su peso subía poco a poco.

¿La solidaridad existe?, Muchas personas son solidarias ayudando al prójimo y otras no toman la misma decisión, al joven le costó encontrar alojamiento en la cual comento ‘’Muchas personas no me querían rentar la casa al descubrir que era para él.
Su sonrisa desaparece Cuando asume y acepta la discriminación como parte inseparable de su vida. ’’ Es malo que lo diga, porque no debería ser así, pero uno aprende a vivir con la discriminación porque es algo que lo vive muy seguido".

Su madre María, con 64 años y rostro amable y cansado tras una vida de sacrificio, asiente e interviene para recordar todos los intentos que hicieron en la infancia de Juan Pedro para frenar su aumento de peso: ’’Todos sus hermanos comían igual. En cambio, no les pasó esto. Intentamos todas las dietas y todos los productos, y yo con él. Yo bajaba peso, pero él no".


Pedro Franco miro a su madre y remarco: "No hay cómo agradecer a mi mamá lo que hace por nosotros. Ella es la que nos cuida. Quizá, algún día, la sacaré de trabajar y quizá, algún día, sea yo el que tenga que cuidarla a ella".

Pero nada está perdido, como dice el dicho soñar no cuesta nada y el oriundo de Aguascaliente desea volver a caminar, manejar, poder trabajar, o volver al templo donde tocaba y cantaba con el coro y en un futuro tener una esposa.

No obstante cuando le consultaron sobre el record Guinness punteo: "Estoy agradecido de que se hayan fijado en mí, pero orgulloso no me siento. Si fuera por otra cosa pero igual eso me recuerda mi compromiso conmigo y con la gente, para que le siga echando ganas y que sepa que sí se puede. Nada está perdido, nada se acaba hasta que se acaba".


Para finalizar deja una reflexión para aquellas personas que luchan por sanarse de esta enfermedad, ''Por eso pedí ayuda. No hay que tirar la toalla. Si con mi caso la gente va a tener un punto de apoyo para salir adelante o pensar que es posible, es lo mejor que puedo aportar".

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