Desde la llegada del Prius, Toyota siempre ha querido encabezar la búsqueda de nuevas formas de movilidad alternativa. Con sus híbridos rindiendo bien a nivel comercial, en 2015 abrirá una nueva puerta: la pila de combustible.

Ya conocíamos el prototipo FCV que funcionaba con hidrógeno, pero hasta ahora la marca no había presentado su variante de producción que, además, ya tiene nombre: se llamará Mirai, que en japonés significa futuro.

Como parece que es casi obligatorio en todo los coches que no funcionen con gasolina o diésel, el sedán luce una imagen algo peculiar. El frontal es fácilmente reconocible como un Toyota, y llaman la atención tanto las grandes entradas de aire laterales como las tiras de LED verticales o el hecho de que el capó este sobreelevado a una segunda altura. La zaga es menos agraciada, con una franja roja horizontal uniendo las luces de freno sobre unos pilotos traseros triangulares bastante grandes.

En el aspecto técnico, el motor de 153 CV combina hidrógeno almacenado en dos tanques con oxígeno para producir electricidad suficiente para conseguir una autonomía de 483 km emitiendo agua como único residuo. Sus prestaciones, sin ser nada del otro mundo, no son malas gracias a una aceleración de 0 a 100 km/h en nueve segundos.

El modelo ya admite pedidos en Japón, donde se entregarán las primeras unidades en abril a un precio de unos siete millones de yenes, unos 48.200 euros al cambio. Toyota también ha confirmado su presencia en Estados Unidos, donde se venderá en California, Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Connecticut y Rhode Island a un precio de 57.000 dólares. En estas regiones potenciará el uso del hidrógeno con la instalación de una docena de puntos de recarga, donde el Mirai podrá recargar sus depósitos en cinco minutos.