River venció 2 a 0 a The Strongest y avanzó a los octavos de final de la CONMEBOL Libertadores en la última fecha del Grupo D. El empate de Fluminense y Sporting Cristal dejó al equipo de Martín Demichelis en el segundo lugar de su zona.

Ezequiel Barco recupera la pelota al borde del área grande rival. Rodeado de defensores, la aguanta unos segundos hasta que encuentra ese pequeño espacio, una luz diminuta entre tantas piernas negras y amarillas. Con un pase corto pero muy preciso la juega con De la Cruz, abriendo el panorama. De espaldas, el uruguayo lo ve a Rodrigo Aliendro libre y el volante central completa la obra con un remate suave y exacto que el arquero Viscarra jamás podrá alcanzar.

River se puso 1 a 0 a los 12 minutos de juego y parecía que se avecinaba una goleada arrasadora del Millonario que le daría una cómoda clasificación a los octavos de final. Pero el dominio inicial perdió intensidad y poco a poco empezó a mostrar grietas.

The Strongest salió a defenderse y entregó el protagonismo, apostando a algún error en el fondo de los de Demichelis que le permitiera lastimar. Rápidamente Barco, De la Cruz y Nacho Fernández aprovecharon el campo regalado y empezaron a agujerear a los centrales del equipo boliviano, que no podían pararlos.

Sin embargo, tras el gol River se relajó, los visitantes arriesgaron un poco más y comenzaron a lastimar. Al atacar el Millonario golpeaba, pero sin concretar sus ocasiones. Beltrán desperdició dos chances muy claras en las que quedó frente al arquero: primero buscó a Nacho con un pase demasiado largo y luego definió por arriba del travesaño.

Veloz y encarador, Barco era incontrolable para The Strongest. Pero el juego ofensivo requiere de precisión para concretar las jugadas generadas, cuando eso no sucede el equipo comienza a desgastarse. El Millo fue perdiendo la intensidad y la noche por momentos se volvió complicada.

Con jugadas paradas, con remates desde afuera, con tiros de esquina los de Formosinho lograron preocupar y obligaron a Franco Armani a esforzarse para mantener el cero en su arco cuando el equipo más lo necesitaba. Triberio, Ursino, Ortega y Chura tomaron más protagonismo y el partido se volvió de arco a arco.

River necesitaba un gol que le diera tranquilidad para terminar la primera parte y a poco del final Aliendro lo tuvo, tras una gran jugada entre Barco y Enzo Díaz, pero su remate se fue cerca del palo derecho del arquero.

El segundo tiempo siguió la misma senda. Enzo Pérez no pudo marcar el ritmo del juego, como antes. Sus pases directos y efectivos desaparecieron y River llegó mucho menos. Los desbordes de Barco se apagaron y las pocas jugadas que se generaron no pudieron quebrar el arco de Viscarra.

Por otra parte, los visitantes se acercaban cada vez más al arco de Armani. The Strongest se sentía cada vez más cómodo y Martín Demichelis empezó a preocuparse. El DT reaccionó rompiendo el letargo de su equipo con más ataque: salió Enzo Pérez y a la cancha fue Pablo Solari, que rápidamente hizo notar su presencia.

River ya no arrasaba, pero empujaba y a fuerza de lucha y algunas jugadas de Solari pudo traer calma a un partido que se fue apagando. Kranevitter y Borja reemplazaron a De la Cruz y Beltrán, pero aquella intensidad del arranque del partido ya no se pudo recuperar.

En el final llegó el gol que trajo tranquilidad. Borja, después de una serie de rebotes en el área marcó el 2 a 0 y en una noche más luchada de lo esperado, River consiguió el triunfo que necesitaba para pasar a octavos.