Aunque pueda sonar exagerado, Rosario bien puede definirse como la capital nacional del deporte. No solo por la cantidad de atletas que aportó (y aporta) la ciudad a los seleccionados nacionales, sino también por la profusa actividad que se desplega diariamente en los espacios deportivos que administra la Municipalidad de Rosario.

En este contexto, el vóley es uno de los deportes con mayor protagonismo: desde hace 2 años se desarrolla a lo largo y lo ancho de la ciudad un circuito especial, con presencia en 24 predios municipales, distribuidos en los seis distritos.

Quien coordina este circuito es Ariel García, un entrenador rosarino con 37 años de experiencia en la disciplina. "El objetivo es brindar la posibilidad a los jóvenes de acercarse al deporte, que lo entendemos como una herramienta de inclusión social", indicó "Paco", como todos lo conocen.

A lo largo de su vida llegó a dirigir varios equipos de Europa e incluso conformó en 3 ocasiones el staff del seleccionado argentino de vóley. Sin embargo, eligió Rosario para continuar su vida: "En 1991 estaba en Buenos Aires, a punto de viajar a Italia, y me convocaron para venir a mi ciudad, para armar un circuito de beach voley. Desde ese momento me quedé y desde siempre soñamos con poder armar un circuito de vóley en Rosario", contó.

Hoy el proyecto es una realidad que disfrutan más de 800 jóvenes de todos los barrios. Las clases iniciarán en abril, pero ya en marzo se realizará la primera actividad, una capacitación para los 15 profesores del circuito.

"Además de las prácticas diarias -continuó Ariel-, tenemos distintos encuentros a lo largo del año. Como el de minivóley, que se hace una vez por mes en cada club. Después tenemos en septiembre uno para adolescentes en el balneario La Florida, con 20 canchas funcionando en paralelo. Y también estamos en el Multi Deporte, en el Parque Scalabrini Ortiz".

El deseo que moviliza a todos los instructores es la posibilidad "de darle a los chicos la chance de jugar en su barrio". En esto coincide Pablo Peralta, que además de profesor es el padrino del programa: "Es una experiencia hermosa, en el marco de un proyecto fantástico", comentó el ex integrante de la selección argentina (participó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2000).

"Creo que mi imagen los motiva", señaló Pablo. No suena rara esta frase: desde sus 2 metros, su figura llama particularmente la atención. Él asiste a todos los encuentros, brinda charlas y estimula a los chicos a seguir en la senda del deporte.