Squash: Quema más de 1200 calorias en una hora
22/01El squash está considerado el deporte más completo que puede realizar un deportista amateur. Descubre por qué, sus beneficios para la salud, y qué debes tener en cuenta si quieres empezar a practicarlo.
Actividad física y diversión en un mismo deporte, dos cualidades tan atractivas como útiles para encontrar la motivación necesaria para animarse a practicar el squash, un deporte considerado de raqueta que se juega bajo techo en un espacio perfectamente delimitado: 9,75 metros de largo, 6,40 metros de ancho, y una pared frontal con una altura de 4,57 metros.
Pero ¿qué tiene de especial el squash para que cada día más gente decida practicarlo? Según Patxi de Juan, presidente del Club Squash Valencia, “hay muchos motivos para practicar squash, pero a los que me lo preguntan les digo: ‘cálzate unas zapatillas de indoor, yo te presto una raqueta, y quedamos en la pista’. Si la persona que me acompaña no lo ha practicado nunca, pero tiene un mínimo dominio con la raqueta, hay dos consecuencias claras solo después de la primera media hora: está agotada y se ha divertido. Ahí están los dos motivos fundamentales y por los cuales este deporte es tan adictivo”.
Un aspecto básico del squash es la seguridad. A ojos de un novato se puede pensar que es fácil recibir un raquetazo o un bolazo a una gran velocidad, pero precisamente de lo que se trata es de asegurarse de no golpear a la otra persona. Por eso, cuando el adversario está en la trayectoria ha de gritar “let”, que supone la repetición del punto. En caso de golpear al rival con la pelota o la raqueta, el punto será para el jugador que recibe el golpe.
Jesús Souto, entrenador con más de 25 años de experiencia, y ahora también director del Club Squash Santiago, comenta que “se puede practicar desde los tres o cuatro años hasta más de 80”, como él mismo comprueba en numerosos torneos a lo largo del mundo. Esto lo convierte en un deporte muy atractivo, ya que se puede practicar incluso en familia como un hobby compartido.
Orígenes del squash
Los orígenes del squash se remontan a la Inglaterra de principios del siglo XIX, concretamente en la prisión de Fleet, en Londres, donde los presidiarios se entretenían estrellando una pelota golpeada con una raqueta contra las paredes del patio; así crearon el rackets. Entre 1820 y 1830 este juego llegó a la escuela Harrow, donde se adaptó al usar una pelota pinchada que ofrecía una mayor dificultad y variedad de golpes que suponían un mayor esfuerzo físico.
En 1864 fue considerado ya como un nuevo deporte y se construyeron las primeras canchas de squash. Poco a poco, esta actividad con un origen tan humilde fue evolucionando hasta lo que conocemos hoy en día.