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Los tesoros que pueden desaparecer

15/04

El mundo entero se conmueve por el devastador incendio que afecta desde hace horas a la catedral parisina. Esculturas, pinturas, estatuas y ventanas que llevan la marca de la historia y podrían quedar reducidas a cenizas por el fuego. 

Mientras el mundo entero se conmueve por el devastador incendio que afecta desde hace horas a la catedral parisina de Notre Dame, la destrucción podría alcanzar a los tesoros que alberga en su interior uno de los monumentos más importantes del mundo, cuya construcción se prolongó durante unos 200 años.

Inscrita en el Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1991, la emblemática catedral gótica construida entre los siglos XII y XIII contiene obras de gran valor cultural.

Uno de ellos es la Piedad o El Descendimiento de la cruz, una pieza esculpida en el siglo XVIII por Nicolas Coustou, que se encuentra en el altar Mayor y que los bomberos intentan salvar de las llamas.

La fachada principal siempre fue un modelo de elegancia gótica, con sus dos torres macizas, un impresionante rosetón de 10 metros de diámetro, los tres pórticos de acceso y una galería de estatuas a 20 metros del suelo.

En el interior de la iglesia se encuentra también el órgano principal construido por Aristide Cavaillé-Coll, un prestigioso fabricante de instrumentos en el siglo XIX.

También se destaca una escultura de la Virgen María y el Niño Jesús, más conocida como Virgen de París, una de las 37 representaciones de la Virgen. Fue esculpida a mediados del siglo XIV y proviene de la Capilla de Saint Aignan en el antiguo Claustro de los Cañones de la isla de la Cité.

Asimismo, dentro de Notre Dame se encuentran importantes pinturas, como La conversión de San Pablo, de Laurent de la Hyre, realizada en 1637 y El Descenso del Espíritu Santo, de Jacques Blanchard, terminada en 1634.

Entre las estatuas se destacan los Doce Apóstoles y los cuatro Evangelistas que rodeaban la aguja que se incendió. Fueron realizadas durante la restauración por Eugène-Emmanuel Viollet-Le-Duc con el mismoestilo del siglo XII.

Otra de las grandes joyas es la obra del rosetón, en una de las ventanas, que se destaca por ser una de las grandes obras del cristianismo. Fue diseñado por Jean de Chelles y Pierre de Montreuil y se construyó en 1260 como un contrapunto a la ventana norte, o Rosetón Norte, de 1250.

LA CATEDRAL QUE SOBREVIVIÓ DURANTE SIGLOS

Durante la Revolución Francesa, la catedral sufrió numerosos actos vandálicos, en los que se desarmó su aguja, se saqueó su tesoro y las grandes estatuas del pórtico resultaron destruidas. Los revolucionarios incluso organizaron un "culto de la razón" el 10 de noviembre de 1793, poco antes que el culto católico fuera prohibido en París. La catedral acabó transformada en almacén.

Devuelta al culto en 1802, se convirtió en el personaje central de una novela de Víctor Hugo publicada en 1831. Poco después, Eugène Viollet-le-Duc estuvo a cargo de su restauración y trabajó hasta su muerte en estas inmensas obras durante dos décadas.

Notre Dame consiguió escapar indemne a las dos guerras mundiales. Sus campanas sonaron para anunciar, el 25 de agosto de 1944, la liberación de París. Mucho más recientemente, las nueve campanas gigantes de la catedral fueron reemplazadas en 2013. Su aguja, que cayó devorada por las llamas este lunes, se encontraba en arreglo.

En su interior fue celebrada la victoria de la Segunda Guerra Mundial, el inicio del proceso de rehabilitación de Juana de Arco, la boda de Enrique de Navarra, futuro Enrique IV, con Marguerita de Valois y la coronación de Napoleón I.

Más recientemente, se llevaron a cabo entre sus muros las ceremonias fúnebres en honor de los jefes de Estado, como Raymond Poincaré y el general Charles De Gaulle, y de grandes personajes, como el poeta Paul Claudel o el Abad Pierre.

La catedral, que también es un santuario mariano con rango de basílica, sigue asegurando sus funciones como edificio religioso: se celebran cinco misas diarias, y siete los domingos. Con las fiestas y las celebraciones excepcionales, son más de 2.000 misas al año.

En estos últimos años, el edificio vivió a ritmo de las tragedias que golpearon el país. Sus campanas redoblaron al día siguiente del asesinato de los periodistas y dibujantes del diario satírico Charlie Hebdo en enero de 2015.

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